“TODOS
SOMOS HIJOS DE PEDRO PÁRAMO…UN RENCOR VIVO”
Cristhian Giovanni
…Una muestra de que la maldad y el miedo
aun pueden seguir vivos después de la muerte, a veces llamada el descanso
eterno del alma o la reencarnación de la misma adquiriendo condiciones físicas
a las anteriores de su óbito pero, realmente ¿Quién nos asegura esto?, sin
saberlo podríamos estar compartiendo un mismo espacio vivos y “muertos” claro
en una diferente dimensión de la que solo nos separa una línea delgada, ¿será
acaso esta la mejor explicación de los fantasmas? , aquellos que han fallecido
sin saberlo pues, su alma es arrancada tan rápido de su cuerpo que el paso de
esta línea es casi imperceptible. Vivir
y a la vez no vivir, encontrarse en un pueblo fantasma donde las apariciones
son constantes y muy extrañas pues tras un oleaje de polvo desaparecen las
personas que habitan este lugar, todas con una opinión común sobre pedro “maldad,
rencor, odio, infidelidad” convirtiéndose en un juego de palabras que nos lleva
a lo mismo, imaginar la vida de Pedro obliga a
lamentar la vida de sus paisanos. Pensar en la vida hostil de este personaje,
reacio al afecto por otro ser humano, vengativo, obliga a pensar la vida
difícil de quienes lo conocieron. “Es, según yo sé, la pura maldad. Eso es
Pedro Páramo”, dice Bartolomé San Juan.
Las
voces tenues de las personas infieren que todos le temen aun estando muertos
porque nadie vive en Comala, es una realidad ficticia aunque parezca gracioso y
con falta de coherencia pues los muertos de Comala siguen vivos en su difunta
eternidad y perduran con ellos el sentir de lo cotidiano, las mismas preocupaciones,
obsesiones a las que de vivos se aferraron y sintieron. En esta muerte general
el miedo y la preocupación por el cacique aun están latentes en el cadáver de todos. Pedro Páramo vivía y
profesaba como un nuevo tirano, repetía a tantos que han torcido la historia y
a tantos personajes que la literatura ha buscado para sacar a la luz la parte
oscura el alma humana. “Un rencor vivo” lo llama Abundio. Un temible rencor
revestido de autoridad y poder, siendo también parte de la metáfora
entre el mundo de vivos y muertos demostrando que las promesas aun pueden
cumplirse y que el sentimiento perverso de un humano hacia otros puede tener
continuidad en la fase terminal de la vida física para dar paso a la
espiritualidad.
Cristhian Giovanni Martínez Azuara 2°3 T/M
No. de Lista: 22
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