" No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu falta se sienta. "
Bob MarleyLa muerte nos acompaña, nos persigue, nos obsesiona. Es nuestra eterna compañera. No podemos escapar a ella y no solo porque nos llegará el momento, sino por todas las personas que vemos morir cada día y también, con toda posibilidad, las que mueren para que nosotros vivamos mejor.
Obviamente, a la mayor parte de nosotros nos es indiferente la muerte de la mayor parte de las personas. Únicamente cuando lo vemos en la tele con bastante crudeza o muere alguien cercano tomamos conciencia de lo que es. Normalmente no pensamos en ella, hasta que ya es demasiado tarde. Esta es la idea que quiero transmitir; que no solo hay que aceptarla y asumirla, sino vivir con ella y tenerla siempre presente. Mucho se ha escrito y muchos tópicos se han creado en torno a ella. Cosas como que hay que vivir la vida como si fuera nuestro último día, porque no sabemos lo que nos puede pasar. Eso es bastante cierto y también hay que tenerlo en cuenta. Pero creo que hay algo que nos afecta más que la propia muerte y es la de nuestros seres más queridos.
La muerte es necesaria para recordarnos todas las cosas importantes que tenemos en nuestras vidas (otro interesante tópico) y recordar que puede llegar a cada momento, nos hace mucho más fácil perdonar, olvidar, darnos cuenta de las estupideces que nos obsesionan y nos hacen desperdiciar nuestras vidas, pero especialmente nos recuerda su presencia, lo tremendamente importantes que son determinadas personas para nosotros y como creemos que no podríamos vivir sin ellas.
Yo ciertamente no cumplo mucho lo que estoy diciendo, porque al pensar en ello con toda la concentración que puedo, me doy cuenta de todas las personas(antes queridas) cuya muerte me sería tremendamente indiferente y otras por cuya muerte hasta me podría sentir culpable o me siento culpable.
Pero existe o hay un siguiente nivel en tener presente la muerte y es aceptarla. Aceptar que muchas de nuestras personas más queridas morirán algún día, y otras sin esperárnoslo. Pero no sólo eso. Cada día que vivimos algo muere en nosotros. Vamos perdiendo progresivamente la fe ciega en muchas cosas. Mueren las amistades, mueren los amores, mueren las esperanzas y mueren los deseos. Mueren millones de cosas, cada día, poco a poco y muchas veces de forma imperceptible. De algún modo todas esas muertes nos transforman,algunas nos vuelven más indiferentes, más cínicos, inclusive puede crear personas amargadas que ya no creen en nada y a quienes todo da igual.
En conclusion, lo unico que ciertamente hay que tener en cuenta es, que la muerte es el final del ciclo de la vida, y como todo ciclo tiene su final.
La obra de - Pedro Paramo - presenta realismo magico, ya que la fantasia la interpretan como si fuera algo real.
David CisneroS Vázquez.
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