Quise seguirte… pero no tengo alas
Arrodillada, frente a su cama, una mirada ida y ojos
llorosos, una tipa repite su nombre una y otra vez, desesperada le dice: -¿Por qué
me ignoras? ¡Escúchame! Sé que fui una tonta, lamento lo que te hice, peor no
soportaba la idea de verte al lado de alguien más, quiero que estés siempre
conmigo, ¡sé feliz! ¡Te lo ordeno! Ya no podrá verte nadie más, ¡eres mío!,
sí!, parezco loca, quizá lo estoy realmente, sos mi obsesión. Tu rechazo no lo
acepto, hago todo por ti y solo tu desprecio obtengo.
Se levanta, arroja las rosas que le llevaba y grita una y
otra vez: ¿por qué no me elegiste? ¿Por qué? Yo te amo, ámame tú también!!!
Lo destapa, saca un cuchillo de su bolsillo, lo clava en su
pecho, con pequeños, finos y delicados cortes saca su corazón, escurre algo de
sangre por las manos de ella, se acerca lentamente, le da un tierno beso en la
frente, se recuesta junto a él, toma su mano, recuerda aquel aterrador y vívido
momento que no saca de su pensamiento:
Toca la puerta de su departamento, nadie responde, han
pasado ya 4 mese del rompimiento, entra lentamente, todo limpio y acomodado
como de costumbre, un aroma dulce, silencio, se aproxima a la cocina, encuentra
unas velas (sin desgastar), copas para vino, platos en la mesa, una pequeña y
curiosa cajita, cerrada y amarrada con un listón, aún no ha sido abierta, la
tima; se oye que abren la puerta, lo ve entrar tomándole la mano a su chica,
llena de ira, odio y celos, abre la caja… un anillo; él sorprendido le pregunta
que hace ahí, solo le contesta: - no te puedo olvidar y tu eres solo para mí. Amenaza
con un arma a la chica pelirroja, un ambiente tenso, se pone frente a ella “su chico”, dispara sin dudarlo en su
pierna, no puede protegerla, salen al balcón, le dice que sujete su cuello con
una soga, se asusta, intenta salir corriendo, la detiene, la abofetea. -¡Lo
sabía! No sos capaz de dar la vida por él!! ¡Ingrata!, me cambio por basura, yo
lo hubiese hecho sin pensarlo, no lo mereces. (Entre rasguños y golpes logra
atarla del cuello y la amarra al barandal). Amenaza: -Si no te arrojas nadie
volverá a verle!!; tiembla d e miedo y contesta: -Hazle lo que quieras pero
déjame en paz… Os ruego!!
No es lo que quería oír!! Le dispara al tipo y la empuja,
queda colgada de un onceavo piso; todos en la calle observan aterrados, piden
auxilio, entran policías y paramédicos… Hay dos muertos, no hay que hacer…
Días después se presenta a su velación, escondida detrás de
árboles, donde le vienen a la mente aquellos momentos de alegría que juntos
pasaron, observa todo y piensa: ninguno haría lo que yo por él, no lo dejaré
partir solo.
Vuelve de esos segundos agonizantes, aprieta su mano, lo
mira, cierra sus ojos, con esa cuchilla une sus corazones, corre para
alcanzarlo en su camino, ve una silueta a lo lejos, puede ver su rostro, está afligido…
ELLA… SE ARREPIENTE… SE HUNDE, ÉL TIENE ALAS PARA VOLAR!!
Ana Laura Espinoza Omaña
No hay comentarios:
Publicar un comentario